
tu respiración se agita y nuestros
cuerpos son uno, mis dedos descifran
tu cuerpo y guían mis manos a lugares
que nos estremecen, tus labios enrojecen
y tu mirada ya es mía, te has
entregado al delicado movimiento
que nos aborda placenteramente, ya no
hay limites todo fluye, busco sostener
fuertemente tu figura y fusionarla
con la mía, luego tiendo tu cuerpo desnudo
sobre una suave cama blanca y me recuesto
sobre ti deslizando la palma de mis manos hasta
encontrar tus pechos que endurecidos me esperan
mientras mis labios disfrutan de tu aterciopelada
espalda, tu respiración se transforma en deliciosos
sonidos que me enloquecen, de pronto
tus sensuales caderas se apoderan del espacio
moviéndose como delicadas ramas sopladas por él
viento e incansablemente buscan tener contacto
con mi piel. Si, inevitablemente ya no hay volver, mi cuerpo
al igual que mi corazón entran por una
cálida vertiente para encontrarse con las
caricias del placer que dos es generan al
renacer.